LA PUNTA SECA: La Manera negra


MANERA NEGRA A LA PUNTA SECA

     Sin duda les llamará la atención el titulo elegido y debo decir que he titulado así al proceso por una sencilla razón, nunca había oído nada al respecto, de modo que no puedo precisar si alguien ha recurrido a este método antes que yo. Se habla normalmente de utilizar el punzón para dibujar directamente sobre el metal, no de tramar la plancha completamente y luego rebajar las incisiones hasta extraer el dibujo. Probablemente se habrá trabajado antes así, de manera que si el proceso ha sido mencionado o planteado por algún grabador antes del 22 de septiembre de 2011, pido disculpas y retiraré estas líneas si así se me exige. De cualquier modo mi único deseo es darla a conocer, porque creo que es lo suficiente atractiva como para motivar a más de uno.
     De momento partiré del único grabado que he realizado hasta ahora recurriendo a una manera negra a la punta seca, aunque ya tengo preparada otra plancha, confeccionada con bastante más tranquilidad esta misma tarde y de la que espero extraer mañana alguna imagen interesante.
     -Será un placer compartirla con ustedes.
     La mañana del día 21 de septiembre me dio la ventolera, como decimos por acá, de tomar una pequeña plancha de cobre y después del correspondiente pulido, mientras pensaba en el motivo preparado para grabar, se me ocurrió la absurda idea de coger una regla de plástico, colocarla encima de la superficie del cobre y con un afilado punzón me dedique a realizar una innumerable sucesión de lineas paralelas, en vertical, lo más próximas entre sí que me fuera posible. Al rato le di la vuelta a la plancha y procedí en horizontal, después en diagonal, en ambos sentidos, hacia la izquierda y hacia la derecha.

     Teniendo en cuenta el tamaño de la placa no creo que me llevara más de hora y cuarto realizar el tramado general. Como es de suponer no tardé mucho en hacer una prueba de estado. El día antes había preparado el papel  necesario, previamente humedecido para estampar otros motivos.
No fue nada extraordinario lo que vi tras la estampación.





      No puedo decir que la mancha obtenida fuera demasiado intensa, es más, parecía algo apagada si se tiene en cuenta el tono que rinde un trazo ejecutado directamente con el punzón sobre el metal. De cualquier modo la presión ejercida al tramar el metal fue más bien escasa, de manera que, en lugar de desanimarme y con el único propósito de ver los efectos que podría procurarme esa superposición caótica de líneas entrecruzadas, me limité a calcar un dibujo y me puse a trabajar con cierta rapidez con el bruñidor.


Me encanta observar el brillo que adquiere el metal tras ser sometido a la presión del bruñidor. El dibujo se aprecia con absoluta nitidez y con frecuencia resulta innecesario hacer la correspondiente prueba de estado para saber lo que estamos a punto de conseguir.


Me olvidé incluso de poner la prueba de estado entre secantes. Al rato la observé curvada sobre la mesa. Pero en esa estampa se apreciaba ya que por este medio pueden conseguirse cosas interesantes.


     En ese momento podemos seguir bruñiendo y al tiempo grabando y perfeccionando el dibujo a la punta seca, especialmente en las zonas donde queramos potenciar los tonos, esto nos ayudará sin duda a mejorar el aspecto de la estampa. No la doy por acabada todavía, pero ya nos dice lo que se puede conseguir recurriendo al proceso tal y como lo menciono.


De momento las tres únicas pruebas de estado obtenidas.



Prometí remitir el resultado de la segunda plancha confeccionada mediante este mismo método.


     A simple vista el resultado no pudo ser más gratificante a mis ojos. Considerando que la matriz se puede entintar y aprovechar la nitidez del dibujo para evolucionar tranquilamente bruñendo, ni siquiera me molesté en hacer la prueba correspondiente. Cuando finalmente me decidí a ello observé con desagrado que el punzón con el que había efectuado una gama bastante amplia de trazos, excesivamente próximos entre si, para crear degradados tonales, había hecho desaparecer las crestas de los trazos efectuados al principio a la punta seca, convirtiendo el grabado en algo apagado y sin fuerza.
Conviene pues que las líneas, las que entrecruzamos inicialmente en horizontal, vertical y diagonal, no estén demasiado próximas entre si y que sean lo bastante profundas como para rendir un tono negro potente, que rebajaremos luego bruñendo. Posteriormente solo utilizaremos el punzón de nuevo para obtener tonos potentes.
Las líneas que se aprecian más agresivas, lo parecen por estar más próximas entre si que las demás. se anulan fácilmente, o al menos resulta fácil mermar el tono que procuran repasándolas con el bruñido muy suavemente.. 
El personaje es mi cuñado, pensaba hacerle un regalo. Tendrá que esperar.

Seguiremos practicando, creo que merece la pena.



Un afectuoso saludo.

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