sábado, 4 de febrero de 2017

AGUATINTA O MANERA NEGRA AL BICARBONATO SÓDICO



AGUATINTA O MANERA NEGRA AL BICARBONATO SÓDICO
(Técnica registrada como derechos de autor) 

     Conocido es el uso de la SAL y del AZÚCAR en el mundillo del grabado. A alguien se le ocurrió espolvorear una u otra sobre una plancha protegida con un barniz. Este,  húmedo aún, absorbe lentamente los granos que acaban depositándose sobre la superficie pulida del metal. Seco el barniz, todo lo que hemos de hacer es introducir la placa en un baño de agua y esperar a que se disuelva la sal y el azúcar.
     El paso siguiente consistiría en proceder a la oportuna corrosión del metal por mediación del ácido.
      Curiosamente estos métodos no suelen utilizarse, porque son poco prácticos, o porque el resultado no es el esperado. Sucede también que, si no se obtienen los efectos deseados, estas técnicas se desechan por otras más prácticas. 
     El uso de la sal o del azúcar, nos dice que el grabador intenta obtener una trama, y lo lógico es esperar que esta sea uniforme; cosa poco probable si tenemos en cuenta que ni el grano de la sal y del azúcar guardan una proporción. A simple vista se puede ver que unos granos son más gruesos que otros.
     Con el papel de lija nos sucederá algo parecido. Se menciona, desde hace tiempo, la posibilidad de colocar la placa barnizada sobre la pletina del tórculo y anteponiendo el esmeril a las sabanas, se procede a someter a la plancha y a la lija a una fuerte presión. Tampoco es un método que se practique habitualmente. Esto es así porque una presión excesiva tiende a deteriorar el barniz, y si no es lo suficiente potente, el granear la plancha como es debido, supone insistir un gran número de veces en el proceso de prensar y texturar el metal. 
    Lógico es utilizar la resina a la hora de obtener una resina que resulte interesante para nuestros propósitos.
     Surgen entonces los sprays, los de pintura para carrocerías e incluso los acrílicos, menos tóxicos.
     Personalmente no desecho ninguno, todos son igual de interesantes, Lo lógico, siendo prácticos, es intentar comprender el por qué no funcionan las cosas como nosotros quisiéramos.
    En el caso del papel de lija o esmeril, lo resolví dibujando encima con un lápiz duro, en lugar de someterlo a la presión del tórculo,
     En el caso del azúcar y de la sal, el problema es su grosor.
    Siendo así, usemos bicarbonato de sodio, infinitamente más fino. Yo compré un kilo, es decir, tipo industrial. Lo hay incluso más fino, el envasado que venden en tiendas y farmacias.
     La primera prueba que hice no pudo ser más gratificante:

    1. Pulida y barnizada la plancha, procedemos, aprovechando el barniz reciente, (siempre en húmedo), a extender el bicarbonato sobre la superficie, dejándola tal y como se aprecia en la fotografía.




     2. Cuando ha secado el barniz, (suele hacerlo en pocos minutos si colocan la plancha sobre una estufa o fuente de calor), introducen el metal en un recipiente con agua y esperan a que el bicarbonato se disuelva por completo. Ha de hacerse así por una razón muy lógica: todos conocemos la reacción del bicarbonato cuando lo tomamos para rebajar la acidez estomacal. Lo mismo sucede si lo introducimos en el Percloruro Férrico. Se forman burbujas que impedirían la mordida.

Llegados a este punto, metemos la plancha invertida en el baño de ácido durante 40 minutos y tras limpiar la plancha repito la operación una segunda vez, al objeto de granearla en su totalidad, dado que los brillos en la placa me indican que aún no esta preparada.

Otro barnizado. Se espolvorea la plancha de nuevo, se disuelve en agua, y al baño.


      La primera prueba de estado me indica que este es un método que no debo descartar, que es conveniente repetir la operación una tercera vez para obtener la intensidad tonal deseada.

     Limpié la plancha, con el bruñidor, a mano alzada y realicé un pequeño dibujo, al objeto de comprobar textura y calidad del grano obtenido. 

Ustedes deciden si mereció la pena el ejercicio.


Puede hacerse también prensando la sal dura del bicarbonato sódico sobre la plancha protegida con barniz duro, anteponiendo un plástico resistente. Los granos granean el barniz y se obtienen tonos agrisados muy delicados.

UN EJERCICIO EN SERIO. 

He seguido esos mismos pasos, con la diferencia de recurrir a la plancha de latón, considerablemente más fuerte que el cobre, y, la corrosión ha pasado de los 40 minutos a las dos horas. 

Barniz, Esencia de Trementina, un pincel, la planta de latón y el Bicarbonato.


La plancha barnizada. Es importante la finura del barniz.


La plancha recubierta con el bicarbonato estando el barniz húmedo aún.


Una fuente de calor facilitará un secado rápido


Es necesario introducir la plancha en agua templada y dejarla descansar al menos una media hora. 
si metemos la plancha en el ácido con restos de bicarbonato, se formaran burbujas.


Esas burbujas forman reservas que impedirán la acción del ácido. Suelo extraer la pancha de vez en cuando para comprobar que esas burbujas no existen. En la plancha se aprecia ese fallo. No obstante, al continuar la corrosión, la huella desaparece.


Primera prueba de estado obtenida con dos horas de corrosión

Repito la operación y procedo a una tercera mordida de otras dos horas. 
Prueba de estado.


Tras repetir el proceso una tercera vez, y tras dos horas de corrosión, la plancha me procura una estampación que me alegra el espíritu, especialmente la intensidad tonal que presenta, de un negro realmente llamativo.


He empezado a bruñir la plancha y lo he hecho plasmando un retrato de Belén, mi pareja. La plancha presenta un aspecto realmente vistoso. En la fotografía se aprecia que la frente, nariz y ojos, aparecen más brillantes que el resto, señal de que he seguido bruñendo, al objeto de lograr aclarar la imagen. 


La primera prueba de estado intento hacerla cuanto antes, al objeto de valorar la presión exacta que me exige la plancha a la hora de obtener el tono deseado. En este caso es indiscutible que aún me queda mucho por hacer, pero una cosa es segura, la manera negra obtenida me va a procurar plena satisfacción. 



Quinta prueba de estado. Plancha


Quinta prueba de estado. PlanchaEstampación